Tipos de calderas. ¿Qué caldera es la que más me conviene?

Las calderas están presentes en la gran mayoría de viviendas hoy en día. De hecho, llevan mucho tiempo formando parte de nuestras vidas y facilitándonosla sobre todo para servir agua caliente y calefacción en nuestros hogares. Con el paso del tiempo, las calderas han ido evolucionando, ya sea por avances técnicos o tecnológicos o, también, por cambios en la legislación y avances en cuanto a conocimientos y prevención de seguridad.

Si tu caso es el de alguien que necesita una instalación de caldera o una sustitución, tal vez quieras saber qué tipos de calderas se utilizan hoy en día, para así hacer una elección más afinada si tienes que poner una nueva en tu casa o en algún otro sitio.

Los tipos de calderas más habituales

Los tipos de calderas más habituales hoy en día en el mercado son los siguientes, hablando según el combustible que utilizan para funcionar:

• Calderas eléctricas: Las calderas eléctricas son las que utilizan energía para funcionar. Es decir, están conectadas a la red eléctrica y usan esta fuente de energía para calentar el agua sanitaria y de la calefacción. Este tipo de calderas están consideradas de las mejores en cuanto a rendimiento, funcionamiento y, sobre todo, contaminación. Y es que, al estar libres de humos y emisiones, y también de ruidos, suponen un tipo de calderas muy limpias. Además, otro punto a su favor es que no tenemos que preocuparnos sobre las provisiones de combustible, ya que mientras tengamos una conexión a una red eléctrica, podemos dar por asegurado nuestro suministro de agua caliente y también de un hogar con calefacción.
• Calderas de gas: Las calderas de gas son las que, como bien dice su nombre, utilizan gas para calentar el agua que vamos a consumir o para nuestro sistema de calefacción. Son calderas muy frecuentes en los hogares, por su gran eficiencia, aunque hay tipos de calderas de gas que ya no se suelen utilizar, bien por haber aparecido modelos más eficaces o por temas relacionados con la seguridad. Las calderas de tiro natural, de hecho, ya no están permitidas para nuevas instalaciones, y sólo se permite su mantenimiento, instando a los usuarios a que la sustituyan por otras más modernas, en concreto calderas estancas de condensación que, hoy por hoy, resultan las más seguras y eficientes en cuanto a consumo.
• Calderas de biomasa: Estas calderas utilizan los llamados biocombustibles para funcionar. Éstos son masas vegetales y maderas o materiales reciclados que, por tener un alto poder calorífico, se aprovechan para este tipo de calderas.

A grandes rasgos, se puede decir que estas son las calderas que hay en el mercado según su tipo de combustible. Obviamente, también se pueden realizar otras clasificaciones y subclasificaciones, como por su tipo de cámara de combustión, por su tipo de sujeción, por el tipo de evacuación de gases, por su precio, por su potencia, etc.

¿Qué tipo de caldera me conviene comprar?

Una vez sabiendo la variedad y la oferta de calderas que tenemos disponibles en el mercado, si necesitas instalar o sustituir una caldera, habrá unos cuantos condicionantes que puedan determinar tu decisión.

Seguramente, uno de los primeros pueda ser el precio. La mayoría de las ocasiones vamos a necesitar una caldera normal, que sirva para calentar y surtir de agua caliente una vivienda media. En estos casos, y teniendo en cuenta que la mayor parte de las calderas que se utilizan hoy en día son calderas estancas de condesación, los precios pueden oscilar entre algo menos de 1.000 € hasta casi 2.000 €. El precio, como es lógico, dependerá de la marca, el modelo, la calidad de los componentes, si son modelos modernos y punteros, de la potencia, etc. Para esto, lo mejor es establecer un presupuesto razonable, en el que también tendremos que tener en cuenta el coste de la instalación por parte de un profesional, ya que la instalación o sustitución de una caldera no es algo de lo que todos podamos tener conocimiento suficiente para hacerlo de manera solvente.

Dentro del presupuesto que nos marquemos, podemos tener dudas sobre el tipo de combustible. Si lo que queremos es una caldera doméstica, lo más habitual será decidirse entre las calderas eléctricas y las de gas. La mayoría de la gente, si tiene acceso a gas natural, suele optar por estas últimas, aunque todo dependerá de las condiciones personales de cada uno, del tamaño de la casa, de cuánta agua se consume, de cuántas horas se pasan en casa, de la zona en la que se resida, etc.

Y, si tenemos dudas sobre la potencia, también tenemos que tener en cuenta el tamaño de la vivienda, o del lugar donde queramos instalar la caldera. Para que tengas un cálculo más o menos aproximado, una vivienda media, de hasta unos 115 metros cuadrados, tiene suficiente con calderas de 25 kw, pero si crees que esto puede resultar insuficiente, a lo mejor te compensa mirar alguna un poco superior, de hasta 35 kw. Las calderas con mayor potencia, normalmente se suelen utilizar para superficies mayores o habitáculos singulares con exigencias extraordinarias.